Casa de Terry (Bs. As.)

Alice apoyó su cabeza en el hombro del chico y comenzó a hablar, con la voz quebrada, su culpa se notaba en el tono de su voz.

- Habrás sido mala, pero... ¿persona?... - bromeó - tú eres mucho mejor que eso. - Terminó la frase con una sonrisa. - Es curioso. No está en nuestra naturaleza ser buenos, pero aún así nos esforzamos para lograrlo y ser "normales" - Remarcó la ultima palabra con un tono de voz burlón

Con su mano libre retiró las manos de la chica del su rostro y las sujetó contra el suelo con la suya.

- Escúchame - Dijo mientras agachaba su cabeza para mirarla directamente a los ojos - No te sientas culpable, conozco a Kan desde hace mucho, y una cosa que lo caracteriza es su mal genio - Dijo mientras ponía sus ojos en blanco por unos segundos – No te sientas culpable - Repitió

Acercó su rostro al de Alice, apenas rozando sus labios.

- ¿Por qué mejor no vamos adentro y te das un baño y te quitas esas ropas mojadas? – Dijo recordándole el hecho de que sus ropas aún estaban pegadas a su cuerpo, remarcando la prodigiosa figura de la vampira. – Te podría prestar algo de ropa... si quieres

Al hablar sus labios rozaban los de la chica provocándole un pequeño cosquilleo. Retiró su mano de la cintura de la chica y se puso de pie, extendiendo su mano para ayudarla a levantarse.

- ¿Vamos? – La inmutable sonrisa de oreja a oreja continuaba en su rostro

La chica se acercó para realizar aquel acto que últimamente aquellos vampiros hacían tan seguido, se basaron.

- Listo – musitó la chica con una sonrisa en su rostro. La blancura de su dentadura brillaba excepcionalmente al recibir directamente la luz lunar.

El chico se estiró para tomar la mano de la chica y comenzó a caminar lentamente, sin soltarla. Aquella sensación del tacto era increíble, no podía ingeniárselas para pasar más de dos segundos junto a la chica sin sentir la necesidad de estar en un continuo toqueteo, caricias y besos.

Con su mano libre se estiró hacia el pestillo de la puerta y lo sujetó suavemente, desplazándolo hacia abajo. Estiró su mano hacia el frente para abrir la puerta y soltó el pomo al instante.

Retrocedió un paso y miró el rostro de su acompañante un segundo., no pudo evitar sonrojarse al notar el resplandor de aquellos orbes dorados con los que se encontró su mirada.

- Ahora que no te traigo a cuestas a mi casa, hagámoslo bien: Las damas primero… - Pronunció sin borrar su sonrisa mientras hacía una reverencia con su mano libre, invitándola a pasar

Off: Hago una pequeña recopilación de los hechos y luego muestro la trasformación de Terry =D ¿qué? ¿se pensaban que sólo Kan podía transformarse? XD

On: Al entrar a la casa un sujeto los esperaba sentado en las escaleras. Terry extendió su brazo derecho por delante de Alice, protegiéndola.

- Bienvenidos... monstruos - Dijo el tipo sonriendo con calma, al sonreír la luz lunar iluminaba unos blanquecinos colmillos.- Parece que la noche... llega a su fin.

- No queremos problemas vampiro, ¿podrías irte? – Respondió tranquilamente Terry con una sonrisa en su rostro.

El silencio de la noche se vio interrumpido por diversos sonidos, pisadas, gritos, charlas, balas, entre otros. Algo estaba ocurriendo en el exterior de la casa, pero eso era lo menos importante ahora.

Minutos después un exaltado Kan entra en la casa

- Terry, Alice ¿están bien? pensé que iban a morir, pero ya los salv..... ¿Quién es.... ese vampiro? – Acto seguido soltó un fuerte rugido.

El vampiro sonríe calmadamente, sus blancos colmillos resplandecían bajo la escasa luz que entraba por las ventanas. Dicha luz también evidenció la presencia de las armas de aquel tipo, mas no delataron su apariencia.

-Gracias por deshacerte de esos tipos perrito - Dijo con tranquilidad - Ya eran demasiada molestia para hacerlo más tarde, tu mirada despide amor, deberías lavarte las manos y ponerte algo de ropa, si cada vez que te transformas en perrito te quedas desnudo gastarás una pasta en ropa.

-Tengo que deducir que eres malo para el cuerpo a cuerpo. Bien, veamos que sucede.... – Pronunció Kan. Luego de una corta pausa continuó - Vaya vaya... – ruge - me has llamado perrito, y tu ni si quiera sabes quién soy, no sabes que te podría llegar a hacer. Escúchame bien vampiro sin gracia, me caen bien los de tu especie pero tú eres la excepción. Es hora de que salga a la luz,. mi poder que he ocultado hace tiempo. Terry, Alice, háganse a un lado... este tipo parece que no ve la hora de morir. Pero bueno, ya la vera, y la está viendo... – Volteó su cabeza hacia Alice y continuó - "La sangre familiar te purificara" "La sangre que purifica da fuerza" "La sangre que da fuerza da esperanza" – Volteó nuevamente hacia el vampiro - ¡Esperanza que acaba acabas de perder! – Gritó antes de soltar un fuerte rugido que retumbó por toda la casa

La transformación a licántropo había variado, ahora, aquel ser mitad animal contaba con un par de enormes alas y su pelaje había cambiado su color.

- Te quiero ver muerto, en mi boca, maldito vampiro

El vampiro sonrió nuevamente y se puso de pie. Levantó una de las dos pistolas que portaba, y apuntó hacia el licántropo, su sonrisa se mostraba más macabra cada segundo

- Cómo quieras perrito, te haré otro ojo - Contestó sonriendo - Juguemos un poco. Te espero

Una bala salió disparada luego de que el vampiro jalara del gatillo de una de sus armas, dicha bala no golpeó a su oponente, sino que se estrelló contra la pared que había detrás de él, dejando la marca del disparo y un extraño líquido que había salido despedido de la munición.

Kan se irguió completamente y comenzó a abrir sus alas y elevándose lentamente.

- ¿No le tienes miedo a la muerte?... pues ahora la estás viendo.

En un abrir y cerrar de ojos Kan ya se encontraba frente a su rival, intentando golpearlo brutalmente.

- ¡Esto apenas está comenzando! – Grito antes de soltar un ensordecedor aullido

Terry se acercó a él y posó su mano sobre el hombro de la fiera.

- ¡Kan! – Grito autoritariamente – ¡No pienso detenerte, pero, si vas a luchar hazlo afuera! – Dijo señalando con su mano izquierda hacia la puerta, como si se tratase cuando un amo echa a su mascota de la casa. - ¡Y tú, vampiro! – Dijo mientras se volteaba hacia dicho ser – ¡Creí haberte pedido que te fueras hace unos segundos, así que vete antes de que me enfurezca más! – Nuevamente el tono autoritario de su voz infundía terror.

Al parecer, el efecto de la felicidad había llegado a su fin, y todos los sentimientos retenidos en ese lapso de tiempo estaban saliendo a flote.

Su mirada asesina había borrado el resplandor reconfortante de sus ojos topacios que ahora habían cambiado su color a un negro mate.
Un aura de color carmesí comenzó a recorrer la totalidad de su cuerpo, sus enormes colmillos habían aumentado su tamaño casi al doble y su blancura resplandecía como si tuviera luz propia. Su piel había adoptado una palidez demasiado marfileña hasta para el más pálido vampiro, siendo así de un color tan claro y resplandeciente que solo podía ser comparado con la luz de la luna llena. Además de su cambio de color su temperatura había disminuido drásticamente, su piel aún más fría que el hielo y quemaba solo con tocarla una fracción de segundo.

- ¿Quedó claro? – Dijo en un susurro. Su voz era mucho más grave que antes e infundía mucho más terror por su tono. Sus enormes ojos completamente negros enfrentaron la mirada unos segundos con cada uno de los individuos a los que se refería.

Se alejó de ellos lentamente y en menos de una décima de segundo ya estaba frente a Alice, con el cadáver de Ed sujeto por su mano derecha.

- ¡Tu y yo tenemos cosas pendientes! – Le grito mientras la tomaba del brazo brutalmente con su mano libre y la obligaba a que lo siguiera al exterior de la casa junto a él. Pero, a diferencia del resto del cuerpo, su mano adquirió calor para no herir a la chica.

Caminó sujetando a cada individuo con una mano diferente hasta la playa que estaba frente a la casa.
Se detuvo unos instantes en la arena, a orillas del mar y comenzó a voltear la cabeza mirando el mar.

Susurró unas palabras que no fueron audibles ni para el más desarrollado oído y acto seguido soltó el brazo de la chica por lo que la temperatura de su mano volvió a descender.

Sujetó con ambas manos el cadáver de Ed

- Tendrás lo que te mereces...

El aura que lo rodeaba cambiaba de su color carmesí a un claro color zafiro. La temperatura del chico en sus brazos comenzó a descender drásticamente hasta el punto de que su cuerpo se rodeó de una pequeña pero densa capa de hielo.

- Vivirás por toda la eternidad, bajó el océano, congelado junto a los grandes héroes de nuestra raza. – Lo sujetó con su mano hábil y en un extremadamente rápido movimiento lo lanzó en dirección al Océano Atlántico, el cuerpo congelado desapareció en el horizonte en cuestión de escasos segundos, seguramente había alcanzado una velocidad superior de los 2000 km/h.

- Adiós, Edward Blood, "el tramposo", tu muerte no será en vano. – Dijo colocando su rodilla derecha sobre la arena y haciendo una reverencia. Reposó unos minutos en silencio antes de colocarse de pie y voltear su inexpresivo rostro hacia el de Alice, enfrentando su mirada – Lamento que me hayas visto así, Alice. Pero el Terry que tú conoces solo es una pequeña parte del verdadero Jefe Vampiro. – A medida que hablaba el tono se volvía más aterciopelado y el aura iba desapareciendo lentamente.

- Calla – Susurró antes de una reverencia – Le ofrezco de mis servicios y de mi lealtad por la eternidad.

Los ojos de Terry volvieron a su color original, topacio brillante. Estiró su mano hacia el rostro de la chica y colocó su pulgar contra el mentón de la chica, elevando su rostro para encontrar la cálida mirada de aquellos ojos dorados que tanto le gustaban.

- Eso no era necesario – Dijo esbozando una sonrisa – Pero es bueno saber que puedo estar por toda la eternidad a tu lado. Nada me haría más feliz que eso. – Soltó una risa – Bueno, si hay una cosa. Tu eterno amor… - Luego de una pausa y de retirar su pulgar del rostro de la chica para acercar su rostro hacia el de ella. Dejó caer su mano por el cuerpo de la chica, hasta tomarla de la cintura y con su mano libre sujetó la mano de la chica - ¿Puedo tenerlo? – Su voz aunque apenas fuera un susurro sonaba muy aterciopelado, apoyó su frente contra la de la chica sin quitar la mirada de los ojos de su acompañante

Luego de unos minutos de aquel amoroso beso separó su rostro del de su chica unos centímetros.

- ¿Tienes dónde quedarte esta noche? Porqué mi casa está disponible – Sugirió con una sonrisa en su rostro

Cerró sus ojos unos segundos y por su mente pasó la imagen de un papel.

- ¡La nota! – Gritó mientras soltaba a la chica y revisaba en sus vestimentas buscando el papel que había retirado del cuerpo del difunto vampiro. Finalmente lo encontró y se tiró a la arena, cayendo sobre su espalda, estiró sus manos hacia el cielo y comenzó a leer la nota.

“Terry, sí algún día me llega a pasar algo, quiero que le des este papel a la policía nacional, ellos te darán la llave de mi casa y te abrirán la caja fuerte, disfruta de la buena vida, Un saludo, tu difunto amigo.”

Rió por lo bajo y arrugo la nota haciéndola una bola de papel, acto siguiente acumuló su energía en su mano, incendiando el papel, cuyos restos se volaron con una brisa y desaparecieron de la vista del vampiro.

- Como si yo fuera a hacer eso – Pensó al tiempo que soltaba un leve suspiro. – Es una linda noche. – Comentó mientras levantaba su vista hacia el estrellado cielo.

- Es el momento ideal para darse un pequeño baño – Dijo mientras se ponía de pie y comenzaba a desvestirse, quedando únicamente con su ropa interior puesta. Su cuerpo era perfecto, no tenía ni una sola marca, ni un lunar, ni un rastro de heridas, simplemente los músculos marcados interrumpían la blanquecina piel vampírica.

Dio un paso y pegó un gran salto en dirección hacia el agua, zambulléndose en la lejanía provocando que el agua volase a gran velocidad a sus alrededores.
Salió del agua con un salto que lo elevó a una altura considerable sobre el agua.

- ¿No piensas venir, Alice? – Gritó lo suficientemente alto como para que lo oyera su pareja.

Nuevamente volvió al agua de un clavado y se quedó bajo ella por varios minutos.